SINOPSIS: Nueva York, años 50. Therese Belivet (Rooney Mara), una joven dependienta de una tienda de Manhattan que sueña con una vida mejor, conoce un día a Carol Aird (Cate Blanchett), una mujer elegante y sofisticada que se encuentra atrapada en un matrimonio infeliz. Entre ellas surge una atracción inmediata, cada vez más intensa y profunda, que cambiará sus vidas para siempre.
Reparto: Cate Blanchett, Rooney Mara, Sarah Paulson, Kyle Chandler, Jake Lacy, Cory Michael Smith, Carrie Brownstein, John Magard, Kevin Crowley, Gielreath, Ryan Wesley Gilreath, Trent Rowland, Jim Dougherty, Douglas Scott Sorenson, Nik Pajic.
Director: Todd Haynes
Año: 2015
Nota: 8
Patricia Highsmith, la gran escritora norteamericana maestra del desasosiego y del suspenso, escribió en 1952 la novela El precio de la sal bajo el pseudónimo de Claire Morgan. En la
conservadora sociedad norteamericana supo mantener oculta su identidad porque el tema de la novela, el amor lésbico entre dos mujeres, era un tabú en los años cincuenta. Un episodio real, autobiográfico, le sirvió como motivo argumental para estructurarla en una noche de invierno newyorquino. En contraposición con lo esperado, la novela termina con final feliz, ciertamente insólito en las novelas de la escritora, y ciertamente revolucionario incluso en los tiempos actuales. Sus dos protagonistas no tienen que saltar al vacio, esconderse en el armario o cortarse las venas. La novela tuvo, en su tiempo, un inusitado record de ventas. Sería pocos años antes de su muerte en un hospital suizo, que Patricia Highsmith revelaría su autoría. Probablemente un acto de libertad para si misma, ya que aun cuando su vida privada nunca la hizo pública, hoy se sabe que tuvo relaciones de amor con mujeres.
La película Carol de Todd Haynes, presentada por primera vez al público en el Festival Internacional de Cine de Cannes 2015. Mucho antes Alfred Hitchcock le compró los derechos de autor por la novela Extraños en un tren (1951). Además su novela El talentoso Sr. Ripley también fué adaptada al cine por primera vez por el director René Clemént bajo el nombre A Pleno sol (1960), protagonizada por Alain Delon (en el papel del psicopático, complejo y legendario personaje Tom Ripley) y años después en 1999 dirigida por Antony Mingella y protagonizada por Matt Damon (en el papel de Tom Ripley).
En la película Carol la historia de este amor prohibido se deja contar rapidamente pero el desarrollo dramatúrgico por ambas protagonistas es un deleite cinematográfico, porque todo es perfecto en esta película. El vestuario, los decorados, la música de Carter Burwell y la fotografía de Ed Lachman se aúnan para mostrar este amor tabuisado en un contexto socio-polítco maccarthista. En Carol la cámara fluye, incidiendo al principio en ciertos encuadres que homenajean al gran fotógrafo newyorquino Edward Hopper y al director alemán Douglas Sirk. Therese Belivet (Rooney Mara), una joven de 19 años y diseñadora, que todavía no ha encontrado su camino en la vida, se enamora apasionadamente de Carol (Cate Blanchett) una mujer más madura y de clase alta. Después de algunos encuentros, se embarcan juntas en una travesía en carro de una semana. Pero Harge el marido (Kyle Chandler) de Carol envía a un investigador privado para reunir pruebas de la relación lesbiana de su esposa con su joven amante y así quitarle la patria potestad de la hija, bajo el argumento de su comportamiento amoral. Sutil, sensible y poco sentimental muestra Patricia Highsmith el estado de caos, en el que cae Therese, mientras toma conciencia de sus tendencias lesbianas y el precio que una mujer madura como Carol debe tomar por ser fiel a sus propios sentimientos y deseos.
En la película, el espectador empieza observando la acción desde el punto de vista de Therese y poco a poco varía hacia el de Carol, ya que Carol está construida desde la imaginación de Therese. Las fotografías que hace Therese de Carol actúan como espejo y guía para el rodaje. Son los elementos visuales los que van construyendo la relación entre ambas mujeres. El personaje de Carol es al inicio muy ambiguo, casi misterioso, pero progresivamente va cambiando en la medida en que la distancia se va acortando entre ellas y el deseo se va abriendo camino.
Una vez manifiesto su anhelo, el realizador decidirá cambiar el oficio del personaje de Therese con respecto a la novela original. De aspirante a dramaturga a fotógrafa. La intención de Highsmith se mantiene, eso sí, intacta. Sobre el papel la alegoría entre la joven que reinventa la realidad convirtiéndola en teatro para mostrar su manera de ver el mundo que la rodea funcionaba a la perfección. No menos que en cine la sublimación de la imagen a través de la observación de un retrato o fotografía con el que Therese se verá a sí misma a través de la imagen de Carol observándola a ella desde el papel revelado. Cuando la mujer le regala una cámara no sólo aporta el instrumento, sino que entrega a la joven un modelo humano sobre el que trabajar(se), observándose, probándose, entregándose y poseyéndose. La adecuación al medio como vehículo para el desarrollo de la historia y los personajes es, una vez más, uno de los puntos fuertes de Haynes.
Sin entrar a describir cada disciplina artística, es evidente tras el visionado que la idiosincrasia del filme no sería la que es sin la fotografía de Edward Lachman, la dirección artística de Jesse Rosenthal, el montaje de Affonso Gonçalves y el vestuario de Sandy Powell. Todos los elementos bajo la batuta de Haynes y favoreciendo el punto de vista que se quiere mostrar. Sin llegar a una primera persona explícita, será en gran medida (aunque no sólo) el de Therese. Sólo el primer plano de la película nos enfoca las rejas del respiradero de una estación de tren, similares al estampado a cuadros del vestuario que lucirán las protagonistas en distintos momentos y siempre cuando se sientan atrapadas. Los tonos lisos se usarán cuando, a pesar de sentirse solas estando rodeadas de gente (como dirán más de una vez) se muevan en un espacio de libertad y estén juntas. Las formas geométricas de los espacios y los lugares también dependerán del momento y de la compañía (ojo aquí a la secuencia final). Mención especial para la iluminación en la escena sexual. Hermosísima y clara durante el acto y la noche en ese mundo creado en la habitación y mortecina y sórdida para la mañana siguiente, cuando la realidad del motel se muestra tal y como es. A tener en cuenta, también, toda esa simbología construida alrededor de la maqueta de tren que Therese venderá a Carol y que parecerá una réplica exacta de los coches y casas donde se desarrollará su historia.
Pero eso no significa que los sentimientos calen verdaramente. Para empezar, de inclasificable en realidad Carol tiene más bien poco. Filme clásico en la forma y pretendidamente revolucionario en el fondo, el nuevo trabajo de Haynes encaja perfectamente en ese buen número de producciones Miramax, todas ellas solemnes y oscarizables, apadrinadas por el rey del cine indie de los noventa Harvey Weinstein. Puede que éste no viva sus mejores momentos tras el desmantelamiento de Miramax, pero sigue teniendo sus acólitos en la Academia, como lo demuestran filmes como el presente o La chica danesa (que no es suya pero podría; y que, como la propia Carol, finalmente no ha entrado en la competición de mejor película). Ambas representan el gran legado continuista del brillante jerifalte de estudios.
En lo que respecta a Haynes, éste compone aquí su tercer filme de época tras Lejos del cielo y la miniserie Mildred Pierce, todos ellos relatos de emancipación (de género, sexual, o ambas) en un entorno represivo. Pero se mostró más acertado en las anteriores que en la presente. En Carol, todos los personajes masculinos son individuos molestos o sin interés; la Navidad que sirve de comentario al consumismo construido en los 50 -pero, paradójicamente, sin subrayar excesivamente la diferencia social: eso no está en la agenda actual de Hollywood- resulta una metáfora tan gastada como la de un tren entrando en el túnel; la emancipación de las dos protagonistas y el romance prohibido recorre todos los tópicos del género, de la A a la Z, sin ningún requiebro que amenace las expectativas. Carol es una película con clase, relata la evolución de las dos mujeres de manera prístina y tiene momentos magistrales que aspiran a la eternidad, como la escena final de la que no comentaremos más detalles. Pero también otros ampulosos y pesados que indican que, sin la dirección de Haynes y las buenas interpretaciones (sí, Cate Blanchett está soberbia y ella misma parece -como asegura Therese- una mujer "caída del espacio"), Carol no sería tan distinta de uno de los romances escritos por Nicholas Sparks que asolan la cartelera tras la temporada de los Oscar... solo que con muchas más pretensiones.
El universo que describe Haynes nada tiene que ver con las imágenes pastel de una película de época. Tanto el trabajo de dirección de arte como, más importante, el de fotografía firmado por Edward Lanchman, están al servicio de la reconstrucción realista de un mundo mítico y a la vez sucio. La idea es capturar la temperatura precisa de la modernidad que irrumpe. Si en 'Lejos del cielo' el director reinventaba las reglas del 'melo' según Douglas Sirk, ahora, en un ejercicio aún más sofisticado, se trata de desnudar la narración de cualquier artefacto dramáticamente postizo. Sólo importa la descripción exacta de la emoción, de la pausa, del hallazgo cálido de la piel, de la fiebre.
El resultado es una película inmensa en su perfección; deslumbrante hasta el agotamiento. El trabajo de Blanchett es algo más que simplemente preciso. No hay rastro de la espectacular transformación en Bob Dylan que hiciera 'I'm not here'. Esta vez todo es más tenue y, al mismo tiempo, mucho más intenso. Todo va por dentro. En ningún momento, la actriz se adelanta ni se retrasa a la exigencia de un personaje que se debate entre la necesidad y el miedo; en el angustia y la esperanza; entre el amor y el amor.
LO MEJOR: El increíble trabajo interpretativo de Blanchett, cuyo personaje esconde el sorprendente deseo femenino bajo una sensual feminidad.
A continuación, os dejo con el tráiler de la película en español y una entrevista en inglés realizada a ambas actrices principales acerca su respectivo trabajo interpretativo para la película.
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